Ruta de la
Batalla de las Navas de Tolosa
A través de esta ruta podemos reproducir el
recorrido que hicieron las tropas cristianas cuando atravesaron la sierra de
Despeñaperros mientras se dirigían hacia el encuentro de los almohades para
batirse el cobre contra ellos. El ejército cristiano atravesó buena parte de la
meseta castellana, pero fue en Sierra Morena, concretamente en el parque natural
de Despeñaperros, donde ocurrieron los hechos más determinantes para el devenir
de la contienda. Con la realización de esta ruta conoceremos los lugares de
paso, los enclaves decisivos, los campamentos y los escenarios de una de las
batallas más importantes de la Historia de España.
Podemos
afirmar que la batalla de las Navas es una de las más
singulares de la historia. Fundamentalmente por tres motivos; en
primer lugar se trata de una batalla campal, hecho que ha ocurrido en
contadísimas ocasiones en la Edad Media -Nunca
tantas armas se vieron en España- contaba
un testigo ocular de la contienda, ya que los enfrentamientos
consistían en razias, escaramuzas, incursiones rápidas
y cabalgadas con el propósito de causar daño material
al enemigo, devastando pastos y cultivos o saqueando y secuestrando
tanto a pastores y ganaderos como a sus propios ganados. Por lo que
el hecho de que se unieran dos grandes ejércitos para batirse
en campo abierto supone una excepción a la manera de hacer la
guerra en el medievo.
Pero, ¿Por qué ocurrió
esta gran contienda en lugar de las frecuentes cabalgadas? Como
siempre, a parte de las razones de carácter religioso, como
salvaguardar la cristiandad, los motivos por los cuales los divididos
y enemistados reinos hispanos decidieron unirse para presentar
batalla, hay que buscarlos en términos políticos y
económicos, tal y como ocurrió con la declaración
de cruzada por parte del papado. Los motivos exceden a los puramente
religiosos.
Empezando por el poder de Roma, se
ha constatado que en principio fueron reacios participar en la
contienda, de hecho se niega la declaración de cruzada en la
primera carta que envía Alfonso al papa del momento Celestino
III. Posteriormente y con el cambio de Papa y, posiblemente gracias a
la intervención del Arzobispo de Toledo ( el cual se personó
en Roma y se dirigió al cónclave en cinco idiomas,
asombrando a propios y extraños) se decide declarar la
contienda como cruzada. En términos político-económicos
el Mediterráneo era un enclave fundamental del comercio de la
época. Por otro lado Génova, mantenía relaciones
con los almohades con los cuales comerciaba libremente utilizando
todo el Mediterráneo. El papado de Roma se estaba viendo en
una situación desfavorable ya que Génova se estaba
convirtiendo en un bastión con demasiado poder, aglutinando en
torno a su puerto gran cantidad de comerciantes y riquezas. Por si no
fuera poco, el tránsito del comercio del oro, el cual
discurría por un eje anglo-francés, de Noroeste a
Sureste, atravesaba de lleno la ciudad de Génova, por donde
debían de pasar los cargamentos nada más cruzar la
frontera italiana. Si el papado daba un golpe de gracia a los
almohades, a la vez que recomponían el cristianismo,
debilitarían el comercio marítimo que los genoveses
mantenían con los musulmanes. Seguramente cuando el arzobispo
de Toledo se dirigió a Roma para solicitar ayuda, dejó
caer estos argumentos muy sutilmente, a lo que los prelados del
vaticano, una vez que hubo cambio de Papa, accedieron sin titubeos.
Los reinos de la Hispania también
mantenían intereses encontrados, los cuales confluyeron en Las
Navas. El primer impulsor de la reconquista, el monarca castellano,
no atacó en primera instancia hacia los invasores del sur,
sino que intentó ampliar su territorio por el mediodía
francés, bien por complacer y ampliar la dote de su consorte,
Leonor, hija de los reyes de Inglaterra, los cuales cedieron a la
corona de Castilla parte de la Gascuña en territorio francés.
Sus intentos se vieron frustrados, pues los francos siempre supieron
repeler los intentos de conquista, como ya hicieron con los propios
almohades en la batalla de Poitiers. Por eso, su estrategia cambió
de rumbo, fijándose de nuevo en el sur peninsular, para que a
la vez que restauraba la religión cristiana, extendiera sus dominios, esperando correr mejor suerte que en tierras francas.
El monarca aragonés, no tuvo
ninguna duda y desde el primer momento entendió que la amenaza
almohade suponía un freno grave al engrandecimiento del reino
de Aragón. Como se ha mencionado, el Mediterráneo era
un centro neurálgico de comercio y aquel que estuviera
geográficamente bien posicionado dentro de este escenario se
vería enriquecido por la multitud de transacciones comerciales
que aquí se daban. La corona aragonesa que ya controlaba las
costas catalanas, se vio gravemente perjudicada, cuando tras la
batalla de Alarcos, donde los cristianos fueron severamente
derrotados, el imperio almohade retomó las Islas Baleares,
arrebatándoselas a los cristianos. Este enclave era de vital
importancia y además una de las pocas posibilidades de
expansión que el reino aragonés contemplaba, abrir sus
dominios hacia el Este. Por ello, Pedro II no dudó en acudir a
Las Navas.
El rey navarro, por contra, siempre
se mostró indiferente ante la reconquista. Su territorio
estaba completamente rodeado por sus monarcas primos. Castilla y
Aragón le impedían una expansión en cualquier
dirección. Al verse continuamente amenazado por estos
territorios, Sancho VII no dudó en solicitar ayuda a los
almohades para combatir contra sus reinos vecinos. Hay constancia de
visitas al califa, incluso rumores de una unión de la hija de
éste con el rey navarro. Por estos motivos, los navarros nunca
se mostraron activos en la reconquista, prefería un aliado en
el sur para combatir a sus congéneres que atacar a aquel que
le auxiliaba y suministraba recursos para la expansión o
defensa de sus fronteras. Pero Sancho VII se iba a jugar una última
e inteligente carta. Si la empresa diseñada por el castellano
obtenía éxito, éste empezaría a repoblar
territorio al sur del Tajo, circunstancia que haría aflojar el
cerco sobre las fronteras navarras con las castellanas. Quizás
ayudando mínimamente (el rey navarro acudió solo con
200 caballeros) a Alfonso en su particular cruzada, recuperaría
los enclaves arrebatados por los castellanos, como Vitoria, a la vez
que disfrutaría de un periodo de paz, sin contar con el
posible botín que podría arrebatarle a los agarenos. No
sabemos las razones que esgrimió el arzobispo de Narbona
cuando se entrevistó con Sancho para convencerle de que
acudiese a las Navas, mientras bajaba con los ultramontanos en
dirección a Toledo. Pero seguramente dejó entrever al
monarca navarro que podía jugar una inteligente baza si acudía
junto a Alfonso. Como así fue.
Respecto a León y Portugal,
los cuales no acudieron a la cita, aunque si consintieron en dar
libertad a aquellos nobles que quieran asistir, se mostraron quizás
expectantes y reacios. Una derrota del castellano, debilitaría
extremadamente a su peor enemigo, hecho que le dejaría el
campo libre para continuar hostigando a Castilla y arrebatarle
enclaves, como así hizo mientras las huestes castellanas
estaban en las Navas. Su estrategia era esperar y ver
acontecimientos, desde una postura neutral. Si Castilla obtenía
la victoria, no tendría mas remedio que colonizar las
posiciones del Sur, quedando así libre territorio al Norte, y
si Castilla perdía, quedaría debilitada gravemente y
sería fácil arrebatarle enclaves.
En segundo lugar, la batalla se ha
desarrollado en un escenario que ha sido utilizado desde tiempos
ancestrales. El paso de Despeñaperros se haya en una
encrucijada de caminos donde podemos encontrar huellas de presencia
humana desde tiempos neolíticos. Para atravesar Sierra Morena
desde la planicie manchega, el paso utilizado por íberos,
visigodos, romanos, árabes y castellanos ha sido el puerto
del Muradal. En sus inmediaciones podemos contemplar restos de ventas
que hunden sus orígenes en el medievo, así como un
sistema de puertos, utilizado para atravesar la sierra desde siglos
atrás. El complejo Muradal – Puerto del Rey como vía
de paso, está documentado desde los primeros trabajos
geográficos de España, allá por tiempos de
Felipe II o Hernaldo de Colón y ha sido protagonista de
multitud de congresos y estudios sobre caminería antigua
hispánica. Igualmente existen restos de calzadas romanas
construidas a fin de facilitar la extracción de mineral de las
minas del Centenillo y La Carolina. Junto a los restos de un
asentamiento iberos circula un camino que unía enclaves como
Cástulo, Oretania y Mentesa, poblaciones de importancia en la
España ibera. Comprender por tanto, la geografía de la
batalla; el itinerario de las tropas cristianas, el puerto utilizado
para el tránsito, la ubicación de La Losa, en
definitiva, nos hace comprender uno de los entramados viarios y de
caminería mas antiguo de la historia de España.
Otra aspecto que hace de las Navas
una batalla especial y diferente, es que, aún no conocemos
determinadas ubicaciones implicadas en el desarrollo de la batalla,
hecho que la convierte en objetivo de multitud de discusiones,
estudios y congresos, con el fin de determinar con exactitud algunos
puntos que permanecen desconocidos. Para un historiador, adentrarse
en conocer los lugares exactos donde ocurrieron algunos episodios,
como el camino alternativo del pastor o el Paso de La Losa, resulta
especialmente atractivo, pues abre la puerta a la investigación
histórica, hecho que no se da en otras batallas del medievo.
Por último, la batalla de las
Navas contiene todos los elementos medievales posibles, que la
convierten en una batalla tipo. No faltan los trovadores, que fueron
difundiendo la contienda con sus romances por los castillos y
fortalezas del sur francés, en plena región del Loira,
ni los que fueron narrando los hechos tras la victoria, en la
península. Acudieron a la contienda además, los
enigmáticos monjes templarios y ocuparon un lugar
determinante, pues sabían de las técnicas de guerra que
utilizaban los sarracenos, ya que se habían batido en Tierra
Santa con ellos, en las cruzadas. También participaron otras
órdenes militares, como las de Calatrava, Santiago, el Císter
y el Hospital, y ciertamente, en pocas ocasiones se juntaron tantos y
tan bravos guerreros, cada uno con sus emblemas y distintivos, dando
un toque de color a los campos de España como nunca antes se
había visto. A la llamada de las Navas acudieron además,
la mayor representación posible de nobles, hidalgos, casas
reales, así como arzobispos, obispos y prelados de todo la
geografía española y parte de la europea. Y todo sin
olvidar que se trató de una cruzada en suelo europeo, algo
insólito.
En definitiva, en la Navas,
confluyen elementos históricos de gran valor e interés,
que la convierten en un acontecimiento crucial, tanto por el momento
histórico donde se produjo, en plena reconquista, como por los
elementos mencionados.
El 19 de julio de 1195 se
libró en Alarcos, una fortificación cercana a Ciudad Real, una batalla que
supuso el preámbulo de la contienda de las Navas de Tolosa. En estas tierras manchegas, Alfonso VIII, pudo
comprobar como los ataques envolventes y en oleadas sucesivas de cargas y
retiradas practicadas por la caballería almohade, derrotó de forma implacable a
las propias tropas del monarca castellano. No obstante, fuese precipitación o
estrategia intencionada, el rey de Castilla luchó solo en Alarcos. Los monarcas
de León y Navarra estaban enemistados con Alfonso VIII y no quisieron apoyarle
en su afán por poner freno a las aspiraciones de conquista musulmanas. La
derrota de Alarcos iba a suponer un peligro mucho mas serio para la cristiandad
hispana que la simple pérdida de un territorio. Al frente del imperio almohade
se hallaba el más grande de los Miramamolines, Yacub Yusub el cual, tras la contienda de Alarcos, agregó a su
nombre el término Al-Mansur “el
victorioso”. Los reinos hispanos quedaban así relegados al tercio norte
peninsular, pues a partir de Alarcos la frontera entre cristianos y almohades
quedaría establecida entre los montes de Toledo y el Guadiana.
Posteriormente a Almansur le sucede su hijo Al-Nasir, el Miramamolín, el cual toma el testigo para continuar su invasión. Los monarcas establecen un pacto de no agresión pero ambos saben que han de darse cita nuevamente. Alfonso rompe el pacto saqueando algunas posiciones árabes, entre ellas Jaén. Se establece el verano de 1212 para la gran batalla. Los cristianos se dan cita en Toledo y ponen rumbo a Sierra Morena. Comienza la batalla.
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Fortaleza de Alarcos, a cuyos pies se libró la batalla previa a la de las Navas.
Vídeo sobre el itinerario de aproximación a Sierra Morena |
Para comprender la dificultad que supuso desplazar al gran ejército que se dio cita en Toledo, es interesante ver el siguiente vídeo.
Vídeo sobre las necesidades de la tropa. Intendencia y Logística.
INCURSIÓN EN LA SIERRA O LOS CAMINOS DEL
MURADAL
Parecería fuera de toda duda que las tropas de
Alfonso penetraron en la sierra por el camino ancestral del Muradal. Pero si es
así, ¿Cómo se explica que exista un camino romano en el Puerto del Rey? Las
vías romanas estaban preparadas para la rodadura y ascender a la sierra hubiera
supuesto mayor comodidad por un sistema de caminos preparado para el carro, con
más anchura, que utilizar un camino de herradura como era el del Muradal,
obligando a formar largas hileras de soldados en peregrinaje de a dos en vez de
caminar en formación de a cuatro. Por otro lado ¿Qué hace el castillo del
Ferral en el camino del Muradal? Si el tránsito por la sierra se hacía desde
tiempos romanos por el Puerto del Rey, ¿por qué abandonaron los musulmanes este
puerto trasladándose al Muradal y colocando allí una fortaleza vigía? ¿ no
sería acaso, mas efectivo reparar el camino romano del Puerto del Rey, si es
que se había deteriorado, sustituyendo aquellos tramos por empedrados nuevos
que construir un castillo en otro puerto, con desniveles mas acusados en su
vertiente sur? Posiblemente, es que el camino romano del Puerto del Rey nunca
haya sido romano y la auténtica vía de Hercúlea mencionada por Estrabón, la que
conducía desde Gades a Narbona haya sido desde siempre la que transcurre por el
camino del Muradal. Los caminos romanos aprovechaban
las vías construidas por los iberos y visigodos y Sierra Morena se encuadra dentro de la Oretania cuya capital era
Cástulo la cual tenía que estar comunicada con otras grandes urbes como Oretum
en Granátula de Calatrava o Mentesa más hacia el levante peninsular.
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Senda del Puerto del Rey (en color rojo) y camino del Muradal (amarillo) los lugares ancestrales para atravesar la sierra. |
Las referencias históricas más antiguas descritas por los viajeros o geógrafos siempre indican el uso del Muradal como vía de paso.Hernaldo Colón, hijo del descubridor al realizar
su cosmografía de España, datada en 1517 pasa por Sierra morena desde Vilches, la Matanza de Moros y El
Ferral, describiendo que pasó por el Muradal, donde cerca existía un castillo,
por lo que no está sino describiendo las etapas y lugares de paso del Muradal.
Otro dato no lo proporciona la documentación sobre un pleito ocurrido en
1544 entre el Viso y Baeza (ésta tenía la jurisprudencia sobre toda la sierra)
causado por dos mojones y dudas sobre deslindes de los límites provinciales de
cada partido, se aclaran los términos de Puerto del Muradal y Puerto del Rey,
otorgando el calificativo de camino real al primero y de senda al segundo.
Cuando Villuga y Meneses realizan sus descripciones
en sus trabajos “Repertorio de todos los caminos” datados en 1546 y 1576
respectivamente, al mencionar los Caminos de Toledo a Málaga y Granada,
mencionan las ventas del Viso y la
Hiruela como escalas de un itinerario. Recordemos que la
venta de La Hiruela
está a los pies del Muradal.
Otra prueba de que el camino del Muradal se
usaba desde al menos 1574 cuando las Relaciones de Felipe II, el primer gran
trabajo topográfico de España, se interroga a La Solana y esta responde “…la dicha villa está en el camino real de
Andalucía por la salida del puerto del Muradal…”
Podemos comprobar el primer cambio en el sistema
de puertos utilizado para atravesar la sierra en el mapa del obispado de Jaén, donde se plasma el Puerto del Rey para
cruzar la sierra.
Posteriormente aparece otra referencia sobre la vía principal de la sierra en el mapa de Gregorio Forst 1653 donde aparece el Puerto del Rey
como el camino de tránsito con sus dos ventas, Venta Bazana y Venta de Miranda.
En estas fechas seguramente se construyó El Empedraillo a fin de reparar el
camino y adecuarlo para la rodadura, como así lo atestiguan las marcas de
carruajes en La Asperilla,
cerca de Miranda. Cuando se inicia el proyecto de repoblación de Las Nuevas
Poblaciones, el intendente Olavide cambia de nuevo el camino desplazándolo
desde Las Virtudes hacia Aldeaquemada, terminando en la Venta de Los Palacios en
Santa Elena. Solamente se usó el camino de Olavide por diez años, pues en 1783,
se constituye el definitivo camino de Lemaur, por la misma garganta de
Despeñaperros, con sus dos ventas, la de Cárdenas a la entrada y la de las
Correderas a la salida del cañón, para terminar en Los Palacios, lugar donde se
pagaba el portazgo.

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Mapa del Obispado de 1587 y mapa realizado por Gregorio Forst en 1653, en ambos se indica que el Puerto del Rey es el camino principal para atravesar la sierra. |
En este sentido un documento oficial fechado en
1777 referente a las obras proyectadas por el Carlos Lemaur insta a S.M. a “que
se ejecute el nuevo camino en el Puerto del Rey por Despeñaperros”
Para algunos autores la identificación de
caminos primitivos prerromanos, íberos, visigodos, vías romanas organizadas y
caminos reales cristianos, a día de hoy es prácticamente imposible de
diferenciar ni de establecer. Posiblemente esto se debe a que cuando los
autores antiguos, tanto de los rudimentarios mapas como de las someras descripciones,
mencionaban como parte de un todo, sin diferenciación alguna al sistema del
Muradal comprendiendo al Puerto del Rey, Muradal incluso Paso de Despeñaperros
como el mismo enclave. No cabe duda pues
de que bajo la denominación de Puerto del Rey o Puerto del Muradal se incluyen
uno a otro, sin distinción.
Huici Miranda sitúa la incursión de las tropas
por el Puerto del Rey, cuando éstas los hicieron por el Muradal. Para Lemaur el
paso de Despeñaperros era parte del Puerto del Rey. Está claro pues que lo que
ha ocurrido es una sustitución sucesiva en el uso de estos puertos,
independientemente de por donde se transitara. En ciertas ocasiones la vía
principal era el Muradal y el Puerto del Rey el secundario y viceversa.
Establezcamos entonces que el camino del Muradal
ha sido la principal vía de paso ancestral para cruzar la sierra, si bien se
han producido sucesivas sustituciones entre unos caminos y otros.
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Sistema de caminos utilizados en Despeñaperros para salvar el puerto y sistema de ventas a la entrada y salida de la sierra para servir de postas, portazgo y descanso del viajero. |
Las tropas de Alfonso, siguieron el itinerario
del camino Toledo-Granada descrito por Villuga y Meneses, utilizado por los
viajeros españoles anteriores al siglo XVI, instalando su campamento en las
explanadas de La Hiruela.
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Curso del río Magaña por donde transitaron las tropas en su aproximación a la sierra. |
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Explanada en la cima del Muradal, lugar donde se instaló el penúltimo campamento |
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Explanada de la cima del Muradal repoblada con pinos. Se han encontrado restos aislados de armas, por lo que parece que aquellos soldados que se retiraban del campamento eran asaltados y abatidos. |
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Vistas de Santa Elena desde la cima del Muradal. Esta fue la primera imagen que tuvo Alfonso VIII de su enemigo, ya que los musulmanes tenían sus tiendas instaladas en esta localidad. |
EL PASO DE LA LOSA
Podríamos calificarlo también de camino omitido
porque no pudo transitarse por impedirlo el despliegue el ejército musulmán. El
paso de la Losa
es una de las localizaciones más conflictivas en la geografía de la batalla.
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Itinerario hacia el Paso de la Losa. Estrategia que a la postre no resultaría |
En los textos coetáneos a la batalla, La Losa recibe tanto el nombre
de Puerto como el de Paso. Independientemente de la ubicación o significado
etimológico del topónimo, el que ocurran en esta ubicación las escaramuzas no
se debe a algo casual, sino mas bien al contrario. Los consejeros del califa
asesoraron excepcionalmente bien, ya que mientras éste estaba todavía en Baeza,
destacó a algunos hombres hacia las navas para que cortaran el paso a los
cristianos e impedir que se desembarazaran de la sierra y desplegaran sus
tropas en el llano. Estratégicamente el plan era perfecto. Mientras el grueso
del ejército musulmán pacía en un lugar donde abundan los pastos, las navas y
las fuentes, dominando un paso estrecho, fácilmente defendible, los cristianos
tendrían que realizar su largo peregrinaje desde Toledo, con las consabidas
dificultades de avituallamiento, para terminar encajonándose en una garganta
mortal, que les impedía desplegar su poderío militar, ya que tendrían que
desfilar en filas quedando totalmente expuestos desde los laterales que
flanqueaban el paso desde la altura. Al-Nasir sabía que Alfonso no metería en
esa encerrona mortal a las tropas, por lo que tocaría la retirada sin apenar
haber plantado batalla alguna. Seguidamente las tropas cristianas, defraudadas
y desanimadas no tendrían mas remedio que regresar a la planicie manchega, bien
para buscar un camino alternativo, bien para abandonar la contienda (recordemos
que a Alfonso le costó sobremanera convencer a sus monarcas vecinos para que
acudiesen a la lid, por lo que tras el fiasco, no estarían por la labor de
continuar tamaña empresa ante tantas vicisitudes como caminos tomados, calor,
problemas de abastecimiento, etc.) Muchos autores han tratado de ubicar el
crucial Paso de la Losa,
aportando cada uno sus conclusiones, si bien todas las teorías dejan algún cabo
suelto.
Para ubicar el paso con precisión es interesante comprobar las crónicas que nos dejaron los testigos oculares de la batalla:
“…donde hay una roca inaccesible y un torrente de agua…”
Jiménez de Rada
“…y ese día tomaron los nuestros Castro Ferral, a cuyo pie hay algunos torrentes, unas rocas cortadas a pico y unos barrancos, y es tan estrecho allí el paso, que incluso se hace dificultoso para los equipados a la ligera…”
Jiménez de Rada
“…Logares muy guisados de caer ommes et bestias…”
Crónica General
“…un paso estrecho y difícil, y era tal que mil hombres podían defenderlo de cuantos pueblan la tierra…”
Alfonso VIII
Hernández-Pacheco
coloca el Paso de la Losa
en el camino de acceso al Puerto del Rey, por lo que el pastor les llevó hasta
Venta de Cárdenas para subir cerca del arroyo de Valladeares, al este del
Ensancha.
Huici describe en términos tajantes “en el
salto del fraile está el paso de la Losa”. Pero según atestiguan algunos
lugareños, entre ellos el guarda del parque, existen dos lugares con el
topónimo Salto del Fraile, uno cerca del Empedraillo, denominado Salto del la Graja,
allá donde la pantaneta del Arroyo del Rey se precipita y otro en la nacional
IV entre los km. 248 y 249. Huici nos ofrece una segunda ubicación “donde
confluyen los arroyos de Navalquejigo y Navavaca” hay unos grandes peñascos,
lisos como una losa y verticales como un muro, denominadas en el IG como Cerradas
del Castillo.
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Localización de La Losa en el Salto del Fraile. El topónimo hace referencia al paraje donde el bandolero apodado el Fraile, cometía sus golpes, para después huir hacia unas cuevas que hay junto al arroyo de Navalquejigo, de asalto del Fraile ha degenerado en Salto del Fraile |
La teoría de Hernández-Pacheco es difícil de
conjugar teniendo en cuenta que no sabían esquivar el célebre paso, pues no se
comprende que los adalides de Alfonso supieran ascender a la sierra por el
Puerto del Rey y no sepan descender sin evitar el castillo del Ferral con su
paso de la Losa,
por el mismo camino natural, que además contiene el Empedraillo. Porque el
pastor les enseñó, si consideramos esta opción, el camino que conecta el puerto
del Rey con el Empedraillo. Además en las inmediaciones del Puerto del Rey no hay
este tipo de pasos tan angostos descriptos.
Respecto a la segunda opción es interesante
mencionar que la famosa losa que existe cerca de la confluencia de los arroyos
Navavaca – Navalquejigo ha sido la protagonista de otras muchas teorías para
localizar en este punto el paso de la Losa. En efecto, no existe en toda la sierra otra
lasca de proporciones tan enormes como esta, pero ¿como se desciende por el
salto de la cerrada del castillo, o por la confluencia de los arroyos? En la
práctica es imposible, pues hay saltos de agua de más de 10 mts. Pudiera ser
que en el siglo XII existiera un camino que discurriera cerca del curso del
arroyo, que es el único lugar que encaja con las descripciones del arzobispo,
pero se hace difícil conciliar que los ingenieros de la antigüedad decidieran diseñar
un camino salvando cerradas y cascadas de forma temerosa en vez de planificar
un camino desviado de este punto solamente unos centenares de metros para
ubicarlo en el altiplano de la
Matanza de Moros y en la Explanada de las Calaveras, que es un lugar
suave, llano y sin saltos ni cascadas.
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Losa en las cercanías del castillo |
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Losa a los pies del Castillo del Ferral. Por su ubicación ha confundido a multitud de investigadores. |
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Explanada de la Matanza de Moros, descrita por Hernaldo Colón. En ella han aparecido multitud de cadáveres por lo que fue lugar de enfrentamientos. |
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Collado de las Calaveras. Lugar donde tradicionalmente se ha ubicado el Paso de La Losa |
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En estos collados parecería imposible ubicar el Paso de La Losa, ya que el terreno no encaja con las descripciones. |
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Vistas del Ferral desde los collados. |
Corchado Soriano apunta en una dirección
original, pues el célebre paso, a su juicio, debe situarse en el camino que
utilizó el ingeniero Lemaur en el siglo XVIII para trazar su camino más
corto a Andalucía. Sobre el terreno, el único lugar de la sierra que
contiene desfiladeros angostos, piedras cortadas a pico y grandes barrancos, es
sin duda y de manera espectacular, el actual paso de Despeñaperros. Pero no
basta con ubicar en tal o cual posición a la Losa, está debe corresponderse tanto con el
camino ancestral de paso de la sierra, como con el camino alternativo del
pastor. Si la losa era el paso de Despeñaperros ¿donde está el camino antiguo
para pasar por este barranco? Y ¿por cual alternativa les condujo el pastor?
Parece imposible que en la baja edad media por aquí transcurriera un camino por
la dificultad del terreno.
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Garganta de Despeñaperros. El lugar encaja perfectamente con las descripciones de la Losa, pero nunca hubo camino hasta que en 1777 lo creara Carlos Lemaur |
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Rocas cortadas a pico, como narran las descripciones de la batalla |
La toma de la Losa obstruía el camino a los cristianos que ya
tenían el castillo del Ferral, por lo que siguiendo este razonamiento, el único
emplazamiento posible es colocar el paso de la Losa en el camino que baja del Muradal al llano,
pasado el castillo. Además, recorriendo el terreno y apostando por que el
camino del Muradal ha sido el camino ancestral para el tránsito de la sierra,
desde Castro Ferral al llano, entendido éste como el arroyo del Rey, no hay
ningún paso estrecho, ni desfiladero imponente e imposible de pasar.
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Segunda ubicación del Paso de la Losa, allí donde se desdobla la autovía. |
En 2002 Sánchez Sánchez aporta un clarificador
documento que prácticamente va a delimitar de forma permanente y sin fisuras el
Paso de La Losa,
coincidente además con las teorías que tanto Carlos Vara anticipara en 1999,
como Molina de la Torre
en un artículo publicado en 1913 en la revista Lope de Sosa. Se trata de un
deslinde y amojonamiento de la villa de Vilches con la de Baños datado en
1627. Concretamente se señala la
ubicación de 16 mojones los cuales señalan la trayectoria del camino del
Muradal, ubicando a la venta de Los Palacios en Santa Elena y al Puerto de La Losa en la confluencia de los
arroyos Charcones – Rey. Rosado y López apuntaban al respecto de esta teoría
que “su situación tan próxima a Santa Elena lo descarta como paso de la Losa”, y siguen manteniendo
su ubicación según la propuesta por Huici. Pudiera ser fácil dejarse llevar por
la tesis de estos autores, pues a priori, no parece lógico que el califa musulmán
plante su campamento justo por donde tiene que pasar el contingente cristiano,
pero obvian que en el plan de Al-Nasir no figuraba dicha travesía, sino
hacerlos retroceder para atacarlos en retirada.
En dicho deslinde el Paso queda reflejado con
tres mojones colocados a lo largo del valle que forma el curso del arroyo de
los Charcones en busca del arroyo del Rey. El Puerto de la Losa es pues todo el espacio
ocupado por la vía romana entre Santa Elena y la confluencia de los arroyos
Charcones – Rey, quedando comprendida entre el desdoblamiento que forma la
antigua autovía. Actualmente no quedan sino vestigios de esa gran losa, pero
justamente por que ha sido cortada a pico por los lugareños para fabricarse
cortijos, bancales y toda clase de construcciones, extrayendo lascas de la
losa. Quizás por eso el arzobispo escribía “había unas rocas como cortadas a
pico”. El paraje también cuenta con un manantial de agua, el llamado “Chorro
del Obispo” según los lugareños con mas edad. El topónimo no es baladí porque seguramente
se refiere a Jiménez de Rada el cual describió el paraje en sus crónicas,
deteniéndose mientras regresaba a Toledo. Este chorro no se puede contemplar actualmente, pues su agua ha sido canalizada hacia la población de Vilches. El paraje cuenta con barrancos
cercanos, la garganta de Despeñaperros, con tramos donde las bestia pueden
caer, pues nada más cruzar el arroyo del Rey la senda transcurre por medio de
una ladera empinada, donde seguramente a los caballos les daría miedo pasar. Y
finalmente cuenta con la roca inaccesible, pues la Losa en tiempos de Alfonso
VIII estaría con mucha mas altitud ya que no la habrían desgajado para fabricar
cortijos, por lo que tendría el aspecto de una roca inaccesible. Por lo que
respecta al camino alternativo del pastor, al situarse el Paso tan al Sur,
queda toda la sierra para ofrecer una alternativa, por lo que esta ubicación no
contradice la posibilidad de que Martín Halaja les guiara por cualquiera de las
teorías propuestas como el camino del Umbría (Rosado y López) la cuerda de
Malabrigo (Vara torbeck) o el Estrecho de Puerto Arenas ( B. Jurado.) los
cuales analizaremos a continuación.
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En el interior de esta localización existen rocas como cortadas a pico. |
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Vistas desde la cima del Cerro de Las Baterías. Esta era la visión que tuvo el califa almohade. La posición es extraordinaria pues contempla todo el desfiladero de La Losa y bien habría podido dirigir los ataques a los incautos cristianos que se hubiesen adentrado en ella. |
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Cerro de Las Baterías. Lugar donde Al-Nasir instaló su puesto de mando para controlar la maniobra. El topónimo hace referencia a las baterías antiaéreas que se colocaron durante la Guerra Civil.
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Senda estrecha en el interior del paso. |
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Vistas del Paso de La Losa |
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Flancos del paso. En la cima se han encontrado restos de canastos de flechas preparados para ser lanzadas. |
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Al fondo Santa Elena |
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Cerrada fácilmente defendible por pocos si se asientan en las alturas laterales. |
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Losa que da nombre al paraje. Los antiguos cuentan que hace 50 años medía tres metros mas de altura. Por lo que es de suponer que la han ido desgastando a base de extraer lascas para la fabricación de viviendas, cortijos, etc. Se puede apreciar que se ha extraído en forma de losas cuadradas. |
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Piedra no autóctona de Sierra Morena. Quizá fue lanzada desde arriba a los adalides cristianos que entraron a comprobar el paso, por los almohades que se pertrecharon desde las alturas. |
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Tras los pilares del viaducto había un chorro de agua. Lo cual encaja con las descripciones de los cronistas de la batalla. |
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La puente de la Hiedra. Sobre el circulan el camino íbero del Collado de los Jardines, el camino del Muradal y el camino de Carlos Lemaur. Una joya. |
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Lascas de losa. |
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Marcas de carruajes en el camino de Lemaur. |
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Posibilidad de caer hombres y bestias. Tal como lo describen la crónicas. |
CONEXIÓN INTRAPUERTOS O
EL PASTOR DE LAS NAVAS
Los generales cristianos y en especial Alfonso
no querían continuar bajando por el camino del muradal porque tenían
información de que la Losa
estaba tomada, pero tampoco querían volver a la vertiente norte de la sierra
para buscar otro puerto por donde cruzar porque se causa la impresión de que es
una retirada. El camino de la umbría, hipótesis defendida por Rosado y López (2001) se sitúa en la vertiente norte y aunque se
toma a los mismos pies de la explanada del Muradal, una vez que se coge va
descendiendo de cota de nivel hasta prácticamente el llano, cerca del río
Magaña para volver a coger altura por la antigua calzada romana y coronar el
Puerto del Rey. Si se realiza este camino se da la sensación de retirada pues retrocede hacia el Norte, perdiendo además toda la altura de la sierra. No hay ningún motivo para suponer que los adalides de Alfonso
desconocieran la así llamada en el pleito de 1544 “senda del Rey”, la cual era la que les conduciría al llano sin pasar por la Losa.No cabe duda
de que freires, adalides y el mismo Alfonso VII habían recorrido estos parajes
multitud de veces por lo que conocían el sistema de puertos para cruzar la
sierra, la senda del Puerto del Rey y el camino del Muradal. Durante la campaña de Almería entre 1147 y
1157 todo el eje Calatrava – Castro Ferral – Baeza estuvo bajo dominio militar
cristiano, lo que implica un control eficaz del terreno y un empleo intenso del
Puerto del Muradal, por donde desfilarían multitud de veces con el propósito de
abastecer, relevar y controlar las posiciones. No podemos pensar que desde 1157 a 1212 se hubieses
creado nuevos caminos o que si hubo alguno de envergadura pasase inadvertido
para los adalides y freires que anduvieron por aquí durante más de 10 años. Lo
que no conocían era la conexión entre ambos.
Precisamente en el cambio de puerto, es donde
radica la clave de la victoria cristiana. Los musulmanes estaban preparados
para recibir a los cristianos en la bajada del puerto del Muradal. De hecho
fueron abandonando puntos como Castro Ferral casi sin resistencia con el fin de
que se adentraran en la
Losa. Esto es consecuente además de que tampoco se hizo gran
cosa por impedir la ascensión al Muradal en primera instancia, enviando el
Califa solo a unos pocos soldados, en vez de plantar su ejército entero en las
alturas. Todo indica que al ejército de Alfonso se le permitió cruzar las aguas
del arroyo del Rey, objetivo del Miramamolín.
El milagro del pastor cobra sentido si
consideramos los caminos naturales para atravesar la sierra. Indudablemente
aquel personaje adentró a los cristianos por una trocha en la fragosidad d ella
sierra, carente de toda utilidad mas que para los habitantes de aquellos pagos
que querían cruzar de una nava a otra o de un puerto a otro. El arzobispo
declara que “nos veíamos obligados a caminar en larga hilera debido a la
estrechez del camino” y también declara que pese al trayecto tan corto entre
Ferral y la Mesa
del Rey “se determinó aplazar el combate
hasta el lunes, ya que los caballos estaban extenuados y el ejército cansado de
la dureza de la subida.” La crónica Latina especifica que utilizaron todo el
día en cruzar el camino que les condujo a la Mesa del Rey. Todo esto son muestras de que la
trocha era un auténtico camino de cabras, mal acondicionado por donde hubieron
de transitar todo el ejército con su correspondiente impedimenta.
Parece un error que la guarnición musulmana no
tuviera protegida la senda que bajaba del Puerto del Rey, pero resultaba
inimaginable que un ejército de más de 12.000 almas cruce la sierra por una
simple senda. Pero mas inimaginable todavía es prever que ese ejército cruce
desde Castro Ferral a la Mesa
del Rey usando una senda aún más tenue que la anterior.
La situación tuvo que estar cargada de un
dramatismo extremo, pues los monarcas tuvieron que determinar entre enfilar La Losa o meterse por una senda
de cabras, guiados por un desconocido, teniendo en cuenta que estamos hablando
del mayor ejército cristiano que nunca hubo en España.
¿Por que se desconocía esa senda? Posiblemente
esta senda carecía de toda utilidad a los viajeros, a los experimentados
adalides e incluso a los exploradores musulmanes, pues bastaba con conocer los
dos pasos naturales de la sierra, ¿quien se cruzaría de puerto en medio de la
sierra? Seguramente esta es la razón por la que la senda era desconocida,
carecía de toda utilidad porque no era un paso natural de comunicación, para
los que solían atravesar de Norte a Sur o viceversa.
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En amarillo el camino de regreso que llevaba López de Haro cuando regresaba de La Losa. Oyó rebaños y bajó a interrogar a algún pastor. |
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Construcciones para canalizar el agua, pues el paraje es frecuentado por los transumantes en verano desde tiempos inmemoriales. |
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Vega donde se encontraba el pastor de las Navas. En este paraje se han reunido pastores desde muy antiguo. López de Haro se encontró con Martín Halaja el de cabeza de vaca. Pues cuando los adalides de Alfonso VIII comprobaron el camino, vieron restos de vaca devorada por los lobos, señal de que aquella senda no estaba transitada. |
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Horno. |
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El paraje cuenta con agua aún en verano, por lo que todo pastor que estuviera en la sierra en aquel crucial momento debería estar cerca. |
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Construcciones para cobijar pastores. |
De nuevo las teorías afloran en contraste con
las crónicas y con las someras descripciones que tenemos de los testigos
oculares de la batalla. Las teorías propuestas por Rosado y López difícilmente
se pueden conjugar con la descripción del arzobispo ya que este aclara que
durante el trayecto no era preciso resguardarse de la vista del enemigo ya que
aunque fueran vistos, nada podían hacer por interceptarlos. Pensamos que solo
se sostienen aquellas teorías que encuadran el cruce de puertos en la vertiente
sur y siempre a la vista de Santa Elena, lugar donde tenían sus tiendas
plantadas los musulmanes. Veamos que nos dicen los testigos oculares de la batalla:
Indicó el pastor una camino más fácil, totalmente practicable, por una , ladera del monte, que ni a éstos le obligaba a ocultarse de los enemigos, ni a aquéllos viéndoles, les permitía alcanzarlos.
Jiménez de Rada
Dimos como un rodeo, pasando por sitios arduos y abruptos
Obispo de Narbona
Preferíamos morir por la fe en la aspereza del paso antes que retroceder lo más mínimo para buscar un tránsito más fácil (…) guiados por un hombre de campo que nos envió Dios, encontramos allí mismo otro paso.
Alfonso VIII
Vídeo sobre las tres posibilidades que se barajan como cruce de puertos o camino del pastor.
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Cuerda mostrada por el pastor, según la teoría de Vara Torbeck. Es difícil encajarla con la descripción del arzobispo "íbamos a media ladera" |
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El camino siempre transcurre por la cima. |
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Como dato a favor, cuenta con que se ve Santa Elena, es decir el campamento musulman. " No nos resguardamos de la vista de los enemigos" |
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Camino propuesto por los cronistas oficiales de Jaén. A media ladera, por la Dehesa de los Calderones. |
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También se ve Santa Elena. |
Recorrido virtual sobre la conexión intrapuertos practicada por las tropas gracias al pastor de las Navas.
ESTRATEGIAS DE LA BATALLA
Es justo hacer un reconocimiento al califa
almohade Al-Nasir, el cual ha gozado de una inmerecida fama de mal estratega,
incluso se le ha atacado por su apariencia, forma de ser, personalidad, etc.
Pero lo cierto que tejió una tela de araña perfecta para que las tropas de los
cristianos fueran derrotadas. Su estrategia se basó en continuar las tácticas
militares empleadas por el gran Saladino, el cual prefería una contienda previa
de desgaste y desmotivación a un encuentro de espadas en campo abierto sin
haber mermado el desánimo previamente. ¿Cómo se explica que abandone posiciones
adelantadas cerca del Tajo y retroceda, otorgando territorio al enemigo
cristiano? Hábilmente, fue colocando pequeños señuelos y atrayendo a las
huestes cristianas hasta una encerrona mortal en la sierra, en el Puerto de La Losa. Una vez allí, los
cristianos tendrían dos opciones, o entregarse a una muerte segura luchando en posición
desventajosísima, o huir retrocediendo hasta la llanura manchega, por donde
habían venido. Al-Nasir sabía que Alfonso no adentraría a sus tropas por La Losa, y que seguramente
retrocedería a la llanura, máxime cuando sus espías le informaban de los
problemas de abastecimiento, de las deserciones de los ultramontanos y de la
fatiga de la travesía, así como de los roces de un ejército variopinto. Cuando
esta situación se diera, los almohades
atravesarían rápidamente la
Sierra Mariana, entrando por el Muradal hacia el Norte y por
el paso más al Oeste por Sisapo, la actual Almadén, persiguiendo al ejército
cristiano en retirada, desmoralizado y cansado. Aquí si plantaría la batalla el
Miramamolín, en campo abierto, como querían los caballeros cristianos, pero no
sin antes haber mermado de esta manera la moral de sus ánimos, y después de
haber manejado como a una marioneta al elenco de guerreros y reyes. Para
asegurarse el triunfo, contaba además con la superioridad numérica de su ejército.
La táctica era magistral.
MÍNIMOS ERRORES GRANDES
CONSECUENCIAS
Las grandes gestas se decantan por pequeños
detalles, y en la batalla de las Navas, no podía ser de otra manera. Cuando los
cristianos estaban acampados en el Muradal tomaron rápidamente Castro Ferral y
Al-Nasir envió escaramuzadores a los collados de Las Calaveras y de Las
Matanzas. Si bien la toma del Ferral no supuso esfuerzo, en estas llanuras se
produjeron numerosos actos bélicos, como lo atestiguan los restos de esqueletos
y de armas encontrados. Otro señuelo colocado por el moro. Estaba atrayendo a
los cristianos hacia el sur, directos a La Losa. Si no se hubieran producido estos
encuentros, quizás los adalides cristianos hubieran buscado un camino
alternativo por su cuenta que evitara el temido paso, pues era de sobra
conocido por los numerosos freires y los propios caballeros que a poco más de 2 Km. encontrarían un lugar
“infranqueable”. El califa puso la última miga de pan en el camino que le
convenía.
Mientras esperaban en el campamento del Muradal,
López de Haro bajó a inspeccionar el temido paso. La impresión que se llevó no
pudo ser peor. Los almohades, apostados en las laderas que flanqueaban desde la
altura el desfiladero, estaban pertrechados de toda clase de objetos contundentes
para bloquear el camino. Los arqueros, aguardaban junto a ingentes canastos de
chuzos dispuestos a hacer tapar al sol y crear una auténtica lluvia de flechas
¡lanzadas desde arriba!
En el mismo paso, enormes rocas, troncos y otros
objetos impedirían aún más el tránsito de un ejército, obligado por la
orografía a caminar en fila de a dos. Los adalides retrocedieron entonces
rápidamente para informar de la gravedad del asunto. López de Haro, mientras
caminaba de regreso al campamento, Muradal arriba, sabía que no podía dar esta
noticia sin más, a su superior. A estas alturas de la campaña, tras los enormes esfuerzos realizados tanto
para convencer a los recelosos reinos cristianos para sumarse a la causa, como
para solicitar al Papado, reticente en principio y preocupado por otras
contiendas en el sur de Francia, para que participase declarando la lid como guerra Santa, no podían detenerse
por un paso de montaña de apenas 1
Km. las esferas políticas, militares y clericales de
media Europa aguardaban expectantes el devenir de la batalla. Alfonso no iba a
contentarse con las descripciones de su adalid, montaría en cólera ordenaría
buscar una solución.
A 2
Km. de La
Losa, en dirección Norte, cuando el camino del Muradal, gira
hacia el Este en busca del castillo,
López de Haro escuchó sonidos de ganado. Cerca del camino hay un paraje
conocido por los viejos del lugar como “Cotillo” y cuentan que en ese lugar ha
habido pastores desde tiempos inmemoriales. Así quemaría su último cartucho.
López de Haro bajó rápidamente hasta donde se resguardaban del calor los
pastores, encontrándose con más de alguno seguramente. Preguntó al primero que
encontró. El pastor no iba a dejar pasar la oportunidad de ayudar a un noble
que portaba un pendón real porque algún beneficio obtendría. Subieron pastor y
adalid al campamento del Muradal y comunicaron a Alfonso la nueva situación. No
tenían nada que perder, si acaso un día. Para verificar que aquel pastor decía
la verdad, el mismo López de Haro marcharía con el lugareño. Al poco de internarse
por un sendero oculto entre la maleza, descubren el cráneo de una vaca que
había sido devorada por los lobos. Este presagio confirma la idea de que el
camino no estaba transitado por la huella del hombre, pues lobo y hombre se
evitan mutuamente. Al anochecer ya había regresado López de Haro al campamento
para comunicar a Alfonso que aquel camino de lobos conducía a una altiplanicie
justo enfrente de las tropas almohades. Al día siguiente toda la hueste
marchando en fila de a uno y siendo permanentemente vista por los ojos
musulmanes, caminaba hacia su último campamento antes de la lid. El miramamolín
despertó por el gran alboroto que causaba esta insólita travesía ¿Cómo habían
encontrado ese camino? ¿Quién se lo había enseñado a unos extraños venidos de Castilla,
Navarra y Aragón? ¿Cómo que sus hombres de confianza instalados en castro
Ferral no conocían ese paso para haberlo protegido?
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Planicie de la Mesa del Rey, donde se instalaron las huestes cristianas. |
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Campo de Batalla. |
Aquí se fraguó su primer error. Relevó a la
guarnición instalada en el castillo de la cuesta, sacando a los prácticos que
llevaban en la fortaleza varios meses, para poner a sus hombres de confianza,
con el esperanza de que toda la urdimbre de su plan se tejiera convenientemente
a lo establecido. Ahora ya era tarde para lamentos, había que pasar al plan de
emergencia. Trasladaría su puesto de mando hacia el oeste a fin de desviar la
atención de todo su campamento donde residían civiles y familiares, aparte de
todas sus riquezas. Aún así no había que preocuparse en demasía. El cerro de
las Viñas está en posición elevada y su base irregular en forma de cuñas
sucesivas harían que la vanguardia se fracturase, rompiendo las líneas y
facilitando la defensa de las elites almohades. Además contaba con más
efectivos que los cruzados. Era solo cuestión de esperar pacientemente en la cima
del cerro a que el desgaste, el calor, la sangre y el polvo se encargaran de
minar el ánimo combativo de aquellos cristianos. No era lo previsto pero
mantenía intactas sus esperanzas de victoria.
Vídeo sobre el hostigamiento realizado sobre los cristianos a fin de que no se instalaran en la Mesa del Rey. Se puede comprobar como dejan una vía de escape, en vez de rodearlos, lo que confirma que su intención no era la lucha sino echarlos.
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Posición elegida por Al-Nasir para instalar su sistema defensivo. Se puede observar como la base irregular del cerro causaría la rotura de las líneas de vanguardia cristianas, como así ocurrió.
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Mesa del Rey. Desde esta elevación colindante se amenazó gravemente a los cristianos, teniendo que acudir a socorrer a la posición la caballería, como así lo certifican los restos de espuelas y lanzas encontradas en este sector. |
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Detalle de la elevación donde tuvo que intervenir la caballería.
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Vistas del campo de batalla desde el campamento cristiano. |
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Vistas del campamento musulmán tal y como lo contemplaron los cruzados. |
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Vistas del campamento cristiano desde la posición árabe. |
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Mesa del Rey desde el Cerro de Las Viñas. |
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Al fondo el campamento cristiano tal y como lo veían los musulmanes. |
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Explanada donde se instaló el palenque de Al-Nasir. Actualmente repoblada. |
Cuando empezó el combate los señuelos colocados
en la Llanura
de las Américas funcionaron a la perfección, unos pocos soldados colocados
estratégicamente hacían avanzar a las huestes cristianas directas hasta la
cuesta del cerro de Las Viñas, a donde se las verían con las élites almohades y
las fortificaciones defensivas. En el llano apenas se produjeron bajas, solo
las de aquellos voluntarios musulmanes que veían en la contienda una
oportunidad única para inmolarse en nombre de la fe. Cuando la vanguardia de
López de Haro se chocó con los almohades se produjo el primer toque de espada,
pero una situación tan desventajosa que los cristianos empezaron a retroceder
inexorablemente. Fue entonces cuando en medio de la polvareda, el estruendo y
el clamor, los dos generales, tanto el musulmán como el cristiano vieron retroceder
al pendón del concejo de Madrid, con un oso pastando, confundiéndolo con el
pendón de la casa López de Haro, con tres lobos en simular posición. Alfonso
pensó que López de Haro volvía a fallar, como en Alarcos. Y el califa creyó que
era el momento crucial para ordenar el ataque envolvente. Segundo error. Pues
de haber mantenido intacta sus reservas de las alas, los almohades del centro
de la formación hubieran hecho retroceder a las líneas de vanguardia
cristianas. Uno ordenó la envolvente y Alfonso pronunció sus célebres palabras
“Arzobispo, muramos vos y yo aquí y ahora” ordenando un ataque suicida que a la
postre resultaría vital para la victoria. Este ataque no lo esperaba el moro,
pensó Alfonso se retiraría como en Alarcos. Otro golpe de suerte vino a
socorrer a las huestes cristinas, ya que entre tanta confusión, polvareda y
gritos, las alas cristianas al mando de los reyes de Navarra y Aragón
atravesaron las líneas almohades sin oposición alguna, ya que estas se habían
cerrado sobre la vanguardia cristiana, encontrando así un pasillo libre y expedito
hasta el mismo palenque del califa. Éste empezó a repeler el ataque de los
navarros, ya que habían llegado antes porque tenían menos desnivel que superar,
pero no pudo contener la otra ala cuando las tropas de los aragoneses coronaron
la cima del palenque. Sus consejeros le procuraron para que huyera y cometió su
tercer error. Quizás si hubiera tratado
de juntar sus líneas con la retaguardia de sus tropas almohades hubiera podido
repeler la caballería de Pedro y Sancho. Cometió su último error, porque en vez
de parapetarse en otra ubicación y esperar al repliegue de sus efectivos, prefirió
escapar, dejando a los suyos a merced de los cristianos que se cebaron atacando
ahora a una tropa desorientada que corría a los cerros colindantes en busca de
su general, el cual ya estaba camino de Úbeda.
Desarrollo táctico de la batalla donde se puede comprobar el golpe de suerte que supuso para los cristianos que la envolvente que tantos éxitos otorgara a los almohades, dejara el campo libre hasta el mismo puesto de mando árabe.
Algunos se escondieron en los
árboles saltando sobre los caballeros en un intento de causar alguna baja
antes de morir. Al mediodía Alfonso se instaló cerca de la tienda roja de
Al-Nasir y envió a Pedro y Sancho en busca de los últimos almohades que huyeron
hacia Vilches y Baños. Aquí entonaron el Te deum, una imagen que hubo de ser
estremecedora. Miles de guerreros ensangrentados, jadeantes y polvorientos,
entonando versos en latín, rodilla en tierra y espada en alto, con las heridas
y cuerpos aún humeantes. Alrededor de las nueve de la noche, de un caluroso día
de julio regresaron los monarcas de Aragón y Navarra tras perseguir a los
musulmanes, por todas las navas. En la Era del Rey comenzaron a repartirse el
botín de majestuosas joyas que los musulmanes portaban para la guerra, como así
lo certifican las reliquias que aún hoy día allí se encuentran soterradas. Aquí
cambió la historia de España, la de Europa, y la del Mundo, pues a partir de entonces Jaén ocupará un lugar preferente en las páginas principales.
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Monte de Justo, lugar donde huyeron los almohades creyendo que aquí se encontraría su califa, ya que aquí estuvo su tienda roja antes de desplazarse al cerro de Las Viñas. La matanza en este enclave fue brutal, pues se vieron rodeados y sin apoyos. |
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Era del Rey. Al anochecer aquí se reunieron los tres reyes ya que Alfonso instaló aquí su tienda prefiriendo alejarse del Monte de Justo por la gran cantidad de cadáveres que contenía. |
Análisis de los perfiles topográficos que tuvieron que recorrer Sancho y Pedro. El primero es de Pedro y el de abajo de Sancho. Se puede comprobar que Sancho llegó al palenque antes, simplemente porque el terreno le era mas favorable en su ala. Además se han encontrado mas restos de flechas en el falcno izquierdo del palenque, lo que indica que llegaron antes y hubo un enfrentamiento mayor, que por el ala de Pedro. Por lo que las cadenas del escudo de Navarra y las que están en Roncesvalles son auténticas y es justo reconocer que los navarros asaltaron el palenque antes que ningún otro.
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Cadenas encontradas en 2011 iguales que las de Roncesvalle, pertenecientes a los negros del palenque.
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Guión de las conferencias impartidas en el ciclo de conferencias del VIII aniversario de la Batalla en el salón del Intendente Olavide de La Carolina (Jaén), el 15 de junio de 2012 y en el centro cultural de Santa Elena (Jaén) el 11 de julio de 2012.