sábado, 4 de diciembre de 2010

El Camino de los Eremitas

En un día cualquiera del Señor, en pleno Siglo XVI, en Palencia, un monje enigmático sale de escuchar misa, se dirige a su casa por su rutinario camino, cuando se le acerca un misterioso viejo, de rostro venerable, le detiene y le cuenta algo que cambiará su vida para siempre; le dice que tiene que marchar a Jaén, que tiene que peregrinar allí, porque Jaén es un lugar de poder, es la ciudad de la Diosa Madre, la ciudad donde se ha representado con mayor fuerza el mito de Atlas, de las Hespérides, de Ladón, de Hércules, es la ciudad con más manifestaciones rupestres concentradas de toda Europa, la ciudad de la Línea Telúrica, la ciudad creada a efectos de varias constelaciones, la ciudad del Santo Rostro, la ciudad de la Verónica ( etimológicamente Verdadera Imagen, Veratis Icono), la ciudad del Santo Reino, porque los cristianos ante tanto simbolismo hubieron de crear el suyo.
Éste venerable viejo, le apostilló que él mismo le acompañaría en peregrinación a Jaén. Y así fue.

¿Quién era este monje? 

Nadie supo nunca como llegó a Palencia, ni de donde venía ni cuando, simplemente un día cualquiera aparecío allí, se instaló y se limitó a vivir una vida sencilla y discreta. Un día recibió un importante encargo, debía pintar a la mismísima Santa Teresa de Jesús, y a fe que lo hizo, aunque ésta no quedó muy satisfecha   (  la Santa Mística gastaba un buen carácter, según cuentan) 
Y su trabajo le costó al frailuno pintor, pues Fray Gerónimo Gracián que mandó hacer aquel retrato, tuvo que mandar también a la santa -que era tan inquieta- que se "estuviese queda, y se dexase retratar".
Tras este encargo nuestro monje será conocido como Fray Juan de la Miseria, el monje que pintó a Santa Teresa de Jesús.


























Fray Juan de la Miseria, el monje Pintor

Por cierto que la Santa Mística no quedó muy convencida de aquel retrato, pronunciando esta constructiva "crítica", tras verse retratada por él:
"Dios te perdone, fray Juan, que ya que me pintaste, me has pintado fea y legañosa"



























Este es el retrato que Fray Juan le hizo a la Santa Mística


¿Quién era el viejo de rostro venerable?

Sobre este personaje, menos aún se sabe, simplemente se cruzó en la vida de Fray Juan, y logró convencerle de una peregrinación, insólita, peligrosa e incauta. 
Palencia se encuentra a 597 Km de Jaén, pero por caminos de los del siglo XVI, llenos de peligros, bandidos y hasta alimañas. Camino que habrían de completar con multitud de jornadas durmiendo al raso, mojándose, escrutando los peligros de la noche y viéndoselas con los arrieros.
¿Qúe cosas le contaría de Jaén este anciano para convencerle de tamaña temeridad?
¿Cómo Fray Juan sin conocerlo de nada, lo deja todo y le sigue al cabo de ser abordado en plena calle?


Tras su peculiar peregrinaje, los dos personajes llegan a Jaén y el viejo de rostro venerable desaparece repentinamente, sin dejar mas rastro, sin dejar huella alguna.

Una vez en Jaén, nuestro Fray buscó una cueva, cerca de la Ciudad de Jaén, en el paraje conocido de Río-Cuchillo, propincua a una ermita. Ermita que ha sido semi-derruida y hoy día pertenece a la llamada "Casería del Conde", la cual ha aprovechado parte de los muros para edificar su propia vivienda.






Aquí se puede observar como parte del muro de la casa correspondía con la ermita de Río - Guchillo.


La ermita data de 1588 y estaba dedicada a la Virgen de la Capilla. Una joya menos que tenemos en Jaén.


Estas cuevas están justo enfrente de la antigua ermita de la Virgen de la Capilla en RioGuchillo. Pero no parecen adecuadas para ningún ermitaño.



 Las crónicas dicen:
"Y en aquella cueva se lo pasó rezando, yendo los Domingos a la Catedral a confesar y comulgar, oyendo allí la Santa Misa, pidiendo limosna para mantenerse con cuatro mendrugos de pan duro y unas habas, y quedándose, al fin y al cabo, en Jaén una buena temporada."
  
Efectivamente, los domingos nuestro Fray Juan, iba a la catedral a escuchar misa, pedía limosna y con ello conseguía el sustento para toda la semana.






De modo que nuestro eremita, recorría todas las semanas el camino que une RioGuchillo con Jaén, pasando por el Cristo de Charcales o Cristo del Arroz.


 Ermita del Cristo de Charcales o del Arroz. Leyenda y tradición unidas en una misma creencia, justo en el camino del eremita.



Hoy día el camino de Fray Juan de la Miseria se ha convertido en un moderno carril - bici, y es frecuente ver a deportistas recorriendo el camino que otrora hiciera nuestro monje, con otros fines, con otras motivaciones y con otros significados.


El camino del ermitaño sigue siendo generoso con las vistas. 

 El pico Zumel rodeado por una nube. Según cuenta otra leyenda aquí escondió un tesoro un rey moro.



Una vez terminado el carril bici, se inicia un camino muy hermoso al pie de unas magníficas vías de escalada.












 El rostro del Cerro de la Llana.


 Si se recorre el terreno, se puede observar que existen otras cuevas más propicias para pernoctar y alojarse en ellas, son las que están más  al Oeste y a mas altitud. Aquí si que pudiera ser que se alojara nuestro Monje pintor.



Abrigos de RíoGuchillo, cargados de señales rupestres 

Una vez inspeccionadas estos abrigos nos encontramos con manifestaciones rupestres, petroglifos y pinturas:

 Las pinturas están muy tenues y apenas se distinguen



 Este petroglifo es parecido al  "Indalo"  de Almería.

 Al lado del indalo se puede observar una cruz





 Estas dos pinturas tienen la peculiaridad de que se encuentran en el suelo; algo inusual; pero no fortuito.




Efectivamente, cuando se está sobre estas pinturas situadas en el suelo, estamos apuntando directamente al Valle del Quiebrajano; lugar donde habitaban los mineros del Cerro Veleta allá por el 4.000 a.C.

Las pinturas son pues, guías y señales que inexorablemente te conducen al lugar mágico de La Línea Telúrica.





Vistas desde los abrigos de RioGuchillo. Se observa Mingo, Cerro Matilla, Cuevas Negras, Los Propios...Lugares donde también hay grabados rupestres.


Desde un punto de vista práctico estas cuevas tienen mas "confort" para instalarse en ellas que las que están frente a la antigua ermita.

Desde un punto de vista simbólico, estos abrigos tienen aún mas valor; ya que nuestros ancestros las marcaron con sus señales, convirtiéndolas en mágicas; y sabido es que los eremitas se instalaban en lugares de poder ancestrales.



Nuestro anacoreta  pues, recorría todos los domingos el mismo trayecto para ir a la Catedral a escuchar misa, pasando por la otra ermita del Cristo de Charcales, lugar que le ha dedicado un habitáculo, como podemos observar en su plano:




































 Junto a la capilla mayor, en la sacristía, se ha dedicado una habitación a un ermitaño, seguramente nuestro Fray Juan.



Queda algún rastro en nuestra toponimia, como el Portillo del Fraile, situado en un lugar cercano, La Sierra de los Propios, quizá nuestro eremita buscó por allí las pinturas rupestres, que las hay, para recorrer todos los lugares mágicos de Jaén.


Dirigiéndonos hacia el Portillo del Fraile, en la cima de la Bríncola, donde hay cuevas con pinturas rupestres.

Después de estar un tiempo de oración y penitencias en aquella covacha de Río Cuchillo, Fray Juan de la Miseria abandonó Jaén. Como rezan las crónicas: -No sabemos si se le apareció otro extraño anciano, como el de Palencia, que le dijera: "Hermano Juan, haga el hato, y partamos enhorabuena allí donde luego nos quiere Dios".-

Como conclusión nos quedan algunas interrogantes, como el Indalo grabado en la cueva del ermitaño, que quizá es anterior al de Almería ( éste es del neolítico tardío, casi de la edad del Cobre)

Otra interrogante es la leyenda del Cristo de los Charcales, cuando un vecino de Jaén se encontró una cruz flotando en un charco y de como realizó su traslado a la ciudad, leyenda que ocurrió al poco tiempo de que nuestro eremita estuviese por Jaén, y en el mismo lugar por donde él solía pasar domingo a domingo ( recordemos que la antigua ermita databa del 1588 y que el cuadro de Fray Juan a Santa Teresa data del 1576, y al poco tiempo Fray Juan peregrinó a Jaén, las fechas cuadran.)


Después nuestro amigo el Condestable Iranzo, conocedor de todos los simbolismos que nos pudiéramos imaginar, celebra los Domingos, un arroz con la plebe, invitando al pueblo a desplazarse a la Fuente de la Peña para degustar un arroz ( de ahí el Cristo del Arroz,) nuestro Lucas de Iranzo sabía muy bien donde estaban los lugares mágicos de Jaén.

Por último, otra vez la figura de un anciano venerable, como la de la leyenda del Abuelo, tan arraigada en Jaén.


Por cierto, es de justicia que valoremos el retrato de la Santa, como el más real que se le ha practicado, esto nos dice la Wiki:
"Este retrato de Teresa es probablemente el retrato más fiel a su apariencia. Es una copia de un original pintado de ella en 1576 a la edad de 61 años. Fray Juan de la Miseria pintó el rostro de Santa Teresa sobre lienzo, que es el cuadro más parecido al aspecto original, por realizarlo con la protagonista delante de sus ojos, y con los pinceles en la mano"


Como reseña final, hay que mencionar que la ermita del Cristo de los Chircales fue destruida y la que actualmente existe es otra de nueva construcción, por lo que la habitación del ermitaño, ya no está.

Muchos misterios, pero que convergen siempre en el mismo lugar, la parte mágica de Jaén, su Línea Telúrica. Conoce Jaén.

Como colofón, os propongo escuchar una canción popular de lo más Jaenero. Nunca habréis escuchado ni esta letra ni esta voz, ya que ambas son producto de miembros de mi familia.  La voz es de mi madre que es una enciclopedia viviente sobre romances, dichos, letrillas, canciones y demás floklore,.
Cristo de Charcales, Fuente de la Peña, Jabalcuz, RioGuchillo, ...Jaén en estado puro.